1 de septiembre de 2020: 145 años de su nacimiento.

Hasta donde recuerdo, mi primer contacto con Tarzán fue cuando yo tenía 10 u 11 años, cuando mi papá me daba una cantidad de dinero los viernes para que yo comprara algo que me gustase. Y entre mis gustos estaba el ir corriendo a una pequeña librería cercana a mi casa en Buenos Aires, donde compraba cada semana un tomo de una edición de las aventuras de mi héroe. Eran unos tomos pequeños pero de tapa dura, creo que de color naranja oscuro, de unas 200 páginas, y habré comprado unos 12 o 15 libros. Los leí con avidez y lamento no haberlos conservado. Entonces no sabía que esos tomitos eran parte de los más de cien millones de ejemplares que se editarían del personaje, famoso después por el cine y la TV. Por ellos conocí la selva africana, la de Burroughs. Esa selva en la que él nunca puso un pie, que inventó, igual que a todos sus personajes. ¿O es diferente de la ciudad marroquí de Casablanca, que conocemos por la película homónima, aunque que en realidad se filmó en Los Angeles, California? ¿Qué importaba que en la primera aventura de Tarzán se enfrentara con un tigre y lo matara, y que después nos enterásemos de que no hay los tigres en África?

La biografía de Burroughs tiene un aspecto que nos hace recordar lo que anotamos respecto a Emilio Salgari hace unas semanas. Sus novelas más famosas transcurren en África, continente que nunca pisó, o en Marte, donde es obvio decir que tampoco estuvo. Edgar Rice Burroughs nació el 1 de septiembre de 1875 en la ciudad de Chicago, EEUU, y murió en una localidad cerca de Los Ángeles, EEUU el 19 de marzo de 1950. Su padre era un oficial retirado del ejército de la Unión de la guerra de Secesión. Por eso fue educado en instituciones militares, aunque no completó el ciclo en West Point, la academia de los oficiales del ejército estadounidense. Sin embargo se alistó en la caballería, pero fue dado de baja en 1897 por un problema cardíaco que le fue detectado. Después, tuvo trabajos esporádicos y mal pagados hasta que en 1911 (mientras se aburría como empleado en una empresa que vendía sacapuntas de lápices) comenzó a escribir relatos de ficción. El entretenimiento que tenía entonces era la ávida lectura de revistas baratas de aventuras (las llamadas pulp fiction, por el papel en el que se imprimían). Su primera novela fue“Bajo las lunas de Marte”, publicada como folletín en 1912 en una de esas revistas. El éxito de la publicación lo decidió a dedicarse a la escritura de tiempo completo. En ese año de 1912 publicó también su primera novela de Tarzán, “Tarzan of the apes” (Tarzán de los monos). Desde su Marte y su África de fantasía, sus novelas se extendieron luego a Venus, al interior hueco de la Tierra y al salvaje oeste estadounidense.

El éxito de Tarzán fue enorme, y Burroughs demostró ser un excelente publicista de sus propias obras, que pronto se conocieron en todo el país y en el exterior a través de las tiras cómicas sindicadas y las revistas. La situación económica de Burroughs se consolidó, pronto creó su propia productora, Edgar Rice Burroughs Inc. y luego se compró un extenso rancho cerca de Los Ángeles, que llamó Tarzana, y que desde 1927 pasó a ser una población estable del estado de California. Mientras su empresa se encargaba de ampliar sus negocios, Burroughs estaba en Hawai cuando los japoneses bombardearon la base naval estadounidense en 1942. Con 72 años, solicitó permiso para incorporarse al ejército como corresponsal de guerra. Fue la aventura que tal vez siempre había soñado vivir. Terminada la guerra, volvió a su rancho con su salud muy deteriorada. Murió como consecuencia de un infarto el 19 de marzo de 1950, a los 75 años de edad.

A su muerte, se habían publicado 21 novelas de la serie de Tarzán, 11 de la serie Marte, 5 de la serie Venus, 7 del centro de la Tierra y 4 de vaqueros. Además de otras 15 históricas, de viajes, y de otros temas. Las novelas fueron traducidas a 56 lenguas. Se filmaron 89 películas de las novelas, de las cuales 20 están basadas en la serie de Tarzán y las restantes son productos hollywoodenses con los personajes de Bourroughs . La primera de ellas en 1918, muda, protagonizada por el actor Elmo Lincoln. Después, le siguieron 19 actores/tarzanes de distintas nacionalidades, aunque las más famosas fueron las 12 interpretadas por el nadador olímpico Johnny Weissmüller, nacido en una ciudad del entonces existente imperio autrohúngaro. Se registran también películas locales de Tarzán realizadas en la India, en Italia, en Turquía, en Checoslovaquia, y hasta en China.

Digresión 1:

Antes de ser actor, Johnny Weissmüller fue un gran deportista. Ganó 5 medallas olímpicas de oro y 1 de bronce en natación. Además, ganó 52 campeonatos nacionales estadounidenses y estableció 67 récords mundiales. Tras sufrir problemas cardíacos y dos derrames cerebrales, el Tarzán más famoso de la historia acabó en un hospital psiquiátrico, escupiendo a otros pacientes y emulando su grito de Tarzán por los pasillos. La gran preocupación de su cuarta esposa, que le acompañó hasta su muerte, era que nadie lo fotografiara en ese estado de locura. Y lo consiguió. Murió en Acapulco, México, en 1984.

Hijo de la aristocracia victoriana colonialista, el personaje Tarzán de Edgar Rice Burroughs, era también John Clayton III, Lord Greystoke. Es la encarnación literaria de la supremacía blanca y la superioridad de la cultura occidental sobre los pueblos llamados no civilizados, que hasta principios del siglo XX se los asimilaba con los primates. Burroughs no escapaba a lo que era la opinión mayoritaria de la gente de la época, una visión colonialista de África, de su fauna y de sus pobladores. El lugar salvaje al que llega el hombre blanco, lo domina y es naturalmente su rey, a pesar de ser minoritario. No demasiado diferente a la visión del historietista belga Georges Prosper Remi, conocido como Hergé, el filonazi creador del famoso personaje Tintin. En este sentido, Burroughs es lo opuesto a la narrativa de Joseph Conrad, que en sus novelas claramente denuncia al colonialismo belga y las matanzas de nativos en el Congo. Es curioso ver también la diferencia entre las novelas de Tarzán, donde el personaje se encuentra con la civilización europea después de su pasaje por el estado salvaje, para renacer como un aristócrata inglés. En cambio, en el cine de Hollywood el personaje Tarzán es más cercano al buen salvaje de Jean Jacques Rousseau, que en 1755 había escrito que: «Algunos se han apresurado a concluir que el hombre es naturalmente cruel y que hay necesidad de organización para dulcificarlo, cuando nada hay tan dulce como él en su estado primitivo, cuando la naturaleza lo ha colocado a igual distancia de la estupidez de los brutos y de las luces funestas del hombre civilizado […] Esta idea la sintetiza el mismo Rousseau en la frase «el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe».

Pero siendo un aristócrata británico al que le gusta vivir como un salvaje, el personaje no deja de tener una cierta tendencia por la transgresión. Por ejemplo, el personaje de Jane, mujer también blanca con la que convive inicialmente y contrae matrimonio después, es tratado en forma diferente en las novelas que el mismo personaje tal como aparece luego en el cine. En las novelas Tarzán y Jane tienen un hijo, llamado Korak, que no aparece en las películas. Pero en el cine incorporan al elenco a Boy, un hijo adoptado, que también llega del cielo, porque es el sobreviviente de un accidente aéreo. Y la explicación de esta falta de fecundidad matrimonial sería porque la censura en EEU era especialmente estricta en el cine, y por lo tanto si la pareja no estaba casada no podía tener un hijo natural, así que tuvieron que adosarles uno adoptado. Aunque Jane aparece en un audaz traje de dos piezas en Tarzán de los monos, rápidamente esa indumentaria se reemplaza por una falda más larga en la siguiente película, Tarzán y su compañera. Más adecuada a las transgresiones a la sexualidad de los ‘80, la Jane que interpretó Bo Derek (la escultural actriz de “10, la mujer perfecta”) en 1981, aparece en topless en Tarzán el hombre mono, dirigida por su marido, John Derek.

Digresión 2:

El famoso grito de Tarzán, que por supuesto no lo emite ninguna clase de simio sino que inventado en los estudios cinematográficos donde Weissmüller filmaba sus películas, se logró con un montaje sonoro del clásico canto tirolés, tocado de atrás hacia adelante y artificialmente acelerado. En los programas que emite el canal de National Geographic actualmente sobre la fauna africana creo que no engañarían a los niños con un truco semejante.

A pesar de esto, Tarzán sigue siendo un ícono de la cultura occidental. Fue parte de la niñez y adolescencia de las generaciones nacidas a partir de la década de los ‘20, y la lectura de sus aventuras ayudaron a vivir nuestro mundo de fantasías y aventuras. Ray Bradbury, tal vez el más importante escritor de ciencia ficción, dijo que “Burroughs es probablemente el escritor más influyente de toda la historia. Le brindó romance y aventura a generaciones de jóvenes y los impulsó a salir y decidir ser especiales”. Y el respetado Carl Sagan, en su libro Cosmos, también confirmó que Burroughs “probablemente cambió más destinos que cualquier otro escritor en la historia. Y que“las novelas de Marte despertaron a generaciones de jóvenes, a mí entre ellos, a considerar la exploración de los planetas como una posibilidad real”.

La simpática mona Chita (en inglés Cheetah), inventada para la versión cinematográfica de Tarzán, era un chimpancé macho. Se llamaba Jiggs, y murió después de algunas películas. Fue reemplazado por su hijo, que llegó a vivir 80 años, según sus cuidadores, y murió en 2011. En las novelas, Tarzán es criado entre un grupo de gorilas, que realizan hazañas inconcebibles para los zoólogos que estudian estos animales. Por ejemplo, la de lanzarse entre los árboles colgados de lianas, puesto que son animales terrestres y cuadrúpedos y hoy están en peligro de extinción. Tal vez hubiera sido preferible incorporar a la narración a los orangutanes, que viven en los árboles y son capaces de hacer el viaje en ese medio de transporte, pero seguramente los ejemplares de esta especie eran más difíciles de conseguir en Hollywood. Además de ser menos fotogénicos.

Además del cine, las historias de Tarzán tuvieron una enorme difusión en otros medios. En 1929, el dibujante canadiense Harold Foster, que después sería conocido por sus historietas de El Príncipe Valiente y los caballeros de la Mesa Redonda, realizó el cómic de Tarzán de los monos, la primera de las novelas de la serie, aunque rechazó la oferta de hacer lo mismo con las novelas siguientes. Luego, en 1936, fue Bume Hogarth el que siguió con la tarea, y les dio un dinamismo que aseguró el éxito en los siguientes años.

Digresión 3:

La leyenda de niños criados por animales salvajes tiene antecedentes en la historia. Todos conocemos el mito de Rómulo y Remo, los gemelos engendrados por los dioses abandonados en el bosque y alimentados por la loba Luperca y un pájaro carpintero, y que fundaron Roma. También el escritor inglés Rudyard Kipling abrevó de la misma leyenda al inventar al niño Mowgli en El libro de la selva, de 1894, también criado por lobos. Sin embargo, existió en la realidad un Lord William Charles Midlin, Earl of Seatham, sobreviviente de un naufragio ocurrido en las costas africanas, y que permaneció entre 1868 y 1883 en la selva, hasta que fue rescatado. Otros autores que escribieron novelas de personajes abandonados o náufragos en parajes lejanos a la civilización fueron Julio Verne (La isla misteriosa) y Daniel Defoe (Robinson Crusoe).

La idea de difundir Tarzán por la radio también se concretó en diferentes países. Recuerdo que en mi niñez seguía fielmente Las aventuras de Tarzán, por Radio Splendid de Buenos Aires, con César Llanos como el héroe, Mabel Landó como Jane, y Oscar Rovito en el papel de Boy.

Un musical sobre el personaje de Tarzán fue estrenado en Broadway en 2006.

Hubo varias series de Tarzán en la televisión, emitidas durante años con diferentes interpretaciones, aunque sin el éxito de las novelas o las historietas.

EDGAR RICE BURROUGHS
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