155 años de su publicación en inglés.
¿Cuándo nació el surrealismo? ¿En Francia, después de la Primera Guerra Mundial? Pero Alicia en el país de las maravillas se publicó mucho antes, en 1865.
Sin dudas, Charles Dodgson fue un precursor.
Creo que todos leímos la historia de Alicia, por lo que no voy a resumirla. Si no se leyó, léanla por favor. Y si lo han hecho, léanla nuevamente, vale la pena. Pero creo interesante anotar algunos detalles de su historia. Su autor es el profesor de matemáticas del Christ Church College de Oxford, diácono anglicano, lógico, fotógrafo especializado en niñas y escritor inglés Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898), más conocido por su seudónimo de Lewis Carroll. Este curioso nombre viene de un juego de palabras, al que Dodgson fue tan aficionado en su literatura. Lo creó a partir de la latinización de su nombre y el apellido de su madre, Charles Lutwidge. Lutwidge fue latinizado como Ludovicus, y Charles como Carolus. El resultante, Ludovicus Carolus, lo tradujo al idioma inglés como Lewis Carroll.
En 1856, el tímido y tartamudo profesor de matemáticas Dodgson conoció e hizo una cierta amistad con el decano del Christ Church, Henry Liddell, su esposa y sus tres pequeñas hijas (Lorina, de trece años, Alice, de diez, y Edith, de ocho). El maestro Dodgson salía frecuentemente a pasear y a hacer excursiones en bote por el Támesis con las tres niñas, y en esos paseos Dodgson inventaba cuentos que maravillaban a las chicas, especialmente a Alice, que era la preferida del cuentista. Fue en una de estas excursiones, según sus diarios, cuando Dodgson inventó el argumento de la historia que luego se convertiría en Alicia en el país de las maravillas. Después de la excursión, Alice le pidió insistentemente que escribiese la historia para ella. Dodgson pasó una noche componiendo el manuscrito y dibujando las ilustraciones, y se lo regaló a Alice Liddell en las Navidades siguientes.
Tres años más tarde, Dodgson, movido por el gran interés que el manuscrito había despertado entre todos los que lo habían leído, presentó el texto, al famoso editor Macmillan, a quien le gustó de inmediato. La obra se publicó en 1865, firmada por Lewis Carroll. Las ilustraciones de esta primera edición fueron obra de John Tenniel. Alguna anotación en el diario de Dodgson sugiere que los dibujos de Tenniel no le gustaban demasiado, pero fueron los que se mantuvieron en el libro y que siguen reproduciéndose hasta las ediciones más recientes. El éxito del libro llevó a su autor a escribir y publicar una segunda parte, Alicia a través del espejo y lo que encontró allí.
Posteriormente, Dodgson escribió poesía y otros relatos. Pero ninguno tuvo el éxito de Alicia, considerado el libro infantil más popular y reconocido del mundo.
Dodgson murió en 1898, a los 66 años, de una pulmonía.
Digresión:
¿Era Lewis Carroll un pedófilo reprimido, como sugieren algunas versiones? Esta afirmación surge de la obsesión fotográfica del escritor, que reproducía a Alice Liddell en poses seductoras, e incluso a su hermana Lorina desnuda. Desnudos infantiles que siguió fotografiando y dibujando hasta poco antes de morir. Aunque por su calidad de hombre religioso y conservador, lo más probable era que tuviera una obsesión por las niñas y se enamorara de ellas, pero que no pasara de ese límite.
Siendo ya una mujer mayor, Alice Liddell relataba que pasaban horas con Dodgson mientras este inventaba historias y dibujaba al mismo tiempo. Dibujos que “terminaban todos en el cesto” de la basura. Pero parece que no siempre era así, porque ella misma vendió el manuscrito que le había regalado Dodgson con algunos de los dibujos de 1864, en un remate de Sotheby’s en 1928 por 15.400 Libras esterlinas de entonces.
Alicia en el país de las maravillas es un libro abrumador y fascinante. Jorge Luis Borges, que algo sabía de sueños, lo definió como “una trama de paradojas de orden lógico y metafísico”. Y puso como ejemplo: “Alicia sueña con el Rey Rojo, que está soñándola, y alguien le advierte que si el Rey se despierta, ella se apagará como una vela, porque no es más que un sueño del Rey que ella está soñando” (cit. en el prólogo de Los libros de Alicia, Ed. de la Flor, Buenos Aires, 1998) Los personajes de Alicia se convirtieron con el paso del tiempo en verdaderos íconos populares. El sombrerero loco, la malvada reina de corazones, el sonriente gato de Cheshire o el conejo blanco preocupado por el tiempo son hoy objeto de reproducciones de marketing como ningún otro personaje literario en la historia lo ha logrado: ni siquiera Hamlet o el Quijote. Sin duda, Carroll poseía una imaginación delirante, a la vez que una fría inteligencia para crear una historia donde la realidad y la fantasía se desdibujan constantemente. El resultado: una historia llena de códigos secretos y frases insólitas, salpicado por retruécanos y juegos de palabras que encantan a los pequeños lectores.
Se han hecho muchas versiones cinematográficas de Alicia. Entre ellas destacamos algunas:
Alice’s Adventures in Wonderland, es un cortometraje mudo estadounidense de 10 minutos en blanco y negro, de 1910.
En 1951 una versión animada de Walt Disney.
En 1976 una porno titulada Alicia en el país de la pornomaravilla.
Una versión para la TV australiana de 1988.
Una versión para TV de 1999 en la que la actriz principal que desempeñó el personaje de Alicia fue una ignota actriz de series de TV estadounidense Tina Majorino, aunque los demás personajes fueron interpretados por actrices y actores de la talla de Ben Kingsley, Whoopi Goldberg, Peter Ustinov y Gene Wilder. La película obtuvo cuatro Premios Emmy de ese año en las categorías de diseño de vestuario, maquillaje, composición musical y efectos visuales.
En 2010 se estrenó la psicodélica versión de Tim Burton, que tuvo una crítica dividida. Pero la película se convirtió en una de las más taquilleras de la historia del cine.
Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, tuvo una gran cantidad de ediciones en casi todas las lenguas, incluido el esperanto. Entre ellas, destacamos la edición en castellano de 1998 Alicia anotada: Alicia en el país de las maravillas, A través del espejo, edición del divulgador científico Martin Gardner, con traducción de Francisco Torres Oliver, Ediciones Akal, Madrid.
Y una edición de Best Ediciones y Ediciones de La Flor de Los libros de Alicia, con traducción y notas de Eduardo Stilman y prólogo de Jorge Luis Borges, Buenos Aires, 1998.
Alicia también tuvo varias versiones teatrales, más de 500, y adaptaciones musicales, una ópera y videojuegos. Y fue y sigue siendo un texto clave para diversas interpretaciones psicoanalíticas.