6 de junio de de 2021 : 146 aniversario de su nacimiento.
Thomas Mann no vivió la vida de un aventurero. Siempre serio, apreciaba por encima de todo el equilibrio, el orden, la proporción, el decoro. Y rehuía de la pasión, el desorden, la desmesura, la transgresión. Empezó a escribir su diario desde joven, pero quemó después todo lo relativo a su infancia y juventud porque «no le parecía relevante». Toda una definición. ¿Un conservador? Sí, aunque supo evolucionar con los tiempos. Ferviente nacionalista en 1914, partidario entusiasta de la guerra, modificó su posición para colocarse después como un defensor de la República de Weimar y enfrentarse decididamente al naciente partido nazi («un disparate con svástica»). En el final de sus días él, que había admirado a los Estados Unidos y adoptado su nacionalidad, terminó siendo víctima de la caza de brujas del macartismo.
Paul Thomas Mann nació en la ciudad de Lübeck, estado federado del Imperio Alemán, el 6 de junio de 1875 en el seno de una familia adinerada. Su padre era un luterano acaudalado, propietario de una empresa que se dedicaba al comercio de cereales. Su madre, era una católica nacida en Brasil, también de familia rica. Thomas fue el segundo de sus hijos, siendo el mayor el que fuera también novelista Heinrich. Después, nacerían dos mujeres y otro varón. Recibió su educación primaria en su casa, como era costumbre entre las familias adineradas, pero luego ingresó en un liceo para familias ricas en 1882. No mostró ser un alumno dedicado al estudio, por lo que tuvo que repetir un año. Sin embargo, bajo la influencia y guía de su hermano Heinrich, leyó desde temprano a Schiller, Nietzche y Heine. Además, le atraía mucho la música, en especial la de Richard Wagner.
Digresión 1:
Aunque siempre fue muy celoso de guardar su vida privada, especialmente para ocultar su homosexualidad, sus Diarios fueron publicados 20 años después de su muerte por expreso deseo del autor. Solamente los que se inician a partir de 1918, cuando Thomas Mann tenía 43 años. Pero también en sus Memorias de mi vida, publicado en 1930, y en toda su obra hay alusiones autobiográficas y referidas a su familia, especialmente en su abundante correspondencia. Un ejemplo es la novela Muerte en Venecia, donde el protagonista Gustav von Aschenbach vive una pasión amorosa por un adolescente, aunque todo se mantiene en un plano estrictamente intelectual. Mann admitió que había estado en Venecia en 1911, que se alojó en el hotel en el que lo hace en la novela, y que allí conoció a un adolescente, que lo había atraído.
En 1894, sin haber podido obtener el título de bachiller, se mudó a Munich para vivir con su madre y sus hermanos. Su padre había muerto, y Thomas percibía una renta mensual como parte de su herencia, que le permitió luego irse a vivir por su cuenta y dedicarse de lleno a la literatura. Pudo publicar en varias revistas y periódicos, especialmente reseñas. Pero en 1895 la revista Simplicissmus, bastante reconocida en ese tiempo, aceptó publicar su relato La voluntad de ser feliz y poco después El pequeño señor Friedemann, de 1897, que tuvieron una gran repercusión. El año y medio posterior lo dedicó a viajar por Italia junto con Heinrich, y al regresar emprendió la escritura de su gran novela Los Buddenbrok. Tras un cuidadoso trabajo de corrección, la obra se publicó en 1901.
Digresión 2:
La novela tiene como subtítulo Decadencia de una familia y narra la decadencia de una rica familia de Lübeck, entre los años 1835 y 1877, abarcando cuatro generaciones de la familia, su apogeo y su ruina. Aunque el editor había desconfiado de la posibilidad de éxito de la novela debido a su extensión, finalmente decidió publicarla en dos volúmenes. La venta fue sorprendente, porque los 1.000 ejemplares publicados se vendieron rápidamente y hubo que imprimir 2.000 ejemplares más. Para 1929, ya se habían vendido 185.000 ejemplares, y cuando ese año ganó el Nobel de literatura el jurado señaló que el premio se debió en parte al valor de esa obra («…en especial por su gran novela Los Buddenbrook que, en el curso de los años, ha obtenido un reconocimiento cada vez más firme, como una obra clásica de nuestro tiempo»), según la opinión del jurado.
En 1905 Thomas Mann se casó con la rica heredera Katia Pringsheim, hija de un famoso matemático e intelectual de origen judío. La pareja tuvo cinco hijos, y todos ellos tuvieron un papel importante en los años siguientes, algunos con finales trágicos. Erika (1905-1969), Klaus (1906-1949), Golo (1909-1994), Monika (1910-1992), Elisabeth (1918-2002) y Michael (1919-1977). Durante los años previos a la Primera Guerra, Thomas gozaba de gran fama en el mundo literario e intelectual alemán. Sin embargo, poco de lo que escribió entonces fue publicable, salvo Muerte en Venecia, publicada en 1912.
Digresión 3:
Se ha escrito mucho sobre la homosexualidad de Thomas Mann, tomando su «Muerte en Venecia» como referencia. Pero más bien creo que, como también se ha dicho, Mann tenía una perspectiva estética que muestra preferencia por el erotismo de las formas más que en lo estrictamente sexual.
Cuando en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, la enorme mayoría de los alemanes se envolvió en el fervor patriótico. La guerra se aceptó como si fuera el destino nacional, y todas las naciones involucradas clamaban por su razón y colocaban al mundo al borde del abismo; la mayoría creía que no se llegaría a tanto o que, a lo sumo, las acciones bélicas durarían un corto tiempo y luego todos volverían a sus casas para seguir el camino del progreso ininterrumpido. Pese a que la política no era por entonces una actividad principal en la vida de Thomas Mann, en 1914 se alineó decididamente en favor del bando militarista alemán, y su fervor nacionalista lo llevó hasta el punto de invertir una gran cantidad de dinero en bonos de guerra que, al final de la desastrosa contienda, lo llevaron casi a la ruina. Todo esto llevó a Thomas a un enfrentamiento con las posiciones e ideas de izquierda de su hermano Heinrich, hasta la separación total que duró hasta muchos años después de la guerra, cuando en 1922 una grave enfermedad afectó a Heinrich y Thomas se reconcilió entonces con su hermano. Su carrera continuó después exitosamente con la publicación en 1924 de La montaña mágica.
Digresión 4:
Thomas Mann comenzó a escribir La montaña mágica en 1912, aunque se publicó recién en 1924. Mann visitaba a su mujer en un sanatorio en Davos, Suiza, cuando encontró situaciones que lo llevaron a escribir la novela, que comenzó por pensarla como una novela corta opuesta al dramatismo de Muerte en Venecia. Sin embargo, terminó por convertirse en una obra extensa, una especie de novela filosófica, llena de reflexiones acerca de la enfermedad, la muerte, la política, el arte y muchos temas más. También, como trasfondo, por los temas que trata y los personajes que se describen, son un excelente fresco del modo de vida decadente de la burguesía europea antes del estallido de la Primera Guerra mundial. Al estilo de Los Buddenbrok.
Los horrores de la guerra y la derrota de Alemania llevaron a Mann a convertirse en un ferviente defensor de la República de Weimar. Y cuando el partido nazi comenzó a perfilarse como una amenaza real para la democracia, no dudó en denunciarlo y convertirse en uno de sus más prominentes opositores. Su figura creció y se extendió universalmente. Y más cuando en 1929 se le otorgó el premio Nobel de Literatura. En 1930 pronunció su «Discurso alemán», un fuerte pronunciamiento antinazi que desató una campaña de calumnias contra él. En 1933, aprovechando una gira por Holanda, Bélgica y Francia, Thomas Mann se refugió en Suiza, donde permaneció hasta 1938. En 1936, al tiempo que declaraba abiertamente su apoyo a la República española («Lo que viene sucediendo en este país desde hace meses constituye el escándalo más inmundo de la historia humana. ¿Pero es que el mundo no se da cuenta?… Los bombarderos extranjeros destruyen las ciudades, asesinan a los niños. Y todos esos se hacen llamar ‘nacionales’. Esos crímenes que claman al cielo se llevan a cabo en nombre de Dios, del orden y de la belleza.»), el régimen nazi le retiró la ciudadanía alemana, aunque Mann había conseguido por entonces un pasaporte checoeslovaco. Sus propiedades en Alemania fueron confiscadas, y hasta la casa editorial que publicaba sus libros, la de Samuel Fischer, frente a la prohibición de difundir la obra del escritor laureado, tuvo que trasladar estas ediciones a Zürich, donde también se publicaban otras obras de escritores alemanes de origen judío, como Stefan Zweig. En 1938 la Universidad de Princeton de Estados Unidos le ofreció un puesto académico, y Thomas y el resto de la familia se trasladaron allí.
Digresión 5:
Mann aprovechó su exilio forzado y la guerra para reformular difundir sus ideas políticas y su denuncia del nazismo. Desde octubre de 1940 hizo un programa radiofónico dirigido a sus compatriotas alemanes, llamado «Oíd alemanes» a través de la BBC de Londres. También hizo varias conferencias dirigidas a los estadounidenses de origen alemán, organizadas por la oficina de guerra del gobierno. En estas charlas desmenuzaba la esencia de la dictadura de Hitler (al que llamaba «bestia inmunda»), convencido de que era imposible que Alemania ganara la guerra.
Mann era un personaje famoso en los Estados Unidos, y frecuentaba al matrimonio de Franklin y Eleanor Roosevelt, y también a Albert Einstein y a los más destacados intelectuales del país y los que llegaban desde el exterior, como Max Horkheimer, Theodor Adorno, Arnold Schoenberg, Igor Stravinsky, Bertolt Brecht, Greta Garbo, Marlene Dietrich y muchos otros. En 1943 comenzó a escribir «Doktor Faustus». Sus posiciones políticas se acercaban cada vez más a la izquierda. En 1944 se nacionalizó estadounidense y terminada la guerra, no quiso regresar a Alemania, lo que le valió la crítica de algunos intelectuales alemanes del «exilio interior» («Yo no soy nacionalista, hace tiempo que lo nacional se ha convertido en algo provinciano», había dicho en sus charlas radiofónicas). Los años posteriores fueron de grandes pérdidas familiares. En 1949 se suicidó su hijo mayor, Klaus, hundido en la depresión y la adicción a las drogas. En 1950 murió su hermano Heinrich, que no había logrado en Estados Unidos un trabajo estable y estaba asediado por problemas económicos, a pesar de que Thomas lo ayudaba con una asignación mensual. A fines de los años ‘40 y comienzos de los ‘50 la ola macartista y antisemita que se había desatado en Estados Unidos empezó a afectar a Thomas, a quien llegaron a acusar de «compañero de ruta» de los comunistas porque había visitado la zona soviética en una visita a Berlín. También su hija Erika había sido interrogada por el FBI como sospechosa de ser miembro del partido comunista y de «agente de Stalin». Todo esto motivó que Mann decidiera instalarse en 1952 en Zürich. El 12 de agosto de 1955 murió como consecuencia de una trombosis en la pierna izquierda, que terminó por provocar el desgarro de la aorta abdominal. Tenía 80 años de edad.
Digresión 6:
El cine aprovechó abundantemente la obra de Thomas Mann. De Los Buddenbrook se hicieron varias versiones, todas producidas en Alemania. La primera de ellas fue la dirigida por Gerhard Lamprecht. La segunda fue de 1959, dirigida por Alfred Weidenmann. Finalmente, en 2008 se estrenó la dirigida por Heinrich Breloer, que dura dos horas y media. También son alemanas la película sobre la novela La montaña mágica, filmada en 1982 por Hans Geissendorfer, Doktor Faustus del mismo año que la anterior, de Franz Seitz, y Tonio Kroger, estrenada en 1964. Fuera de Alemania, el famoso director italiano Luchino Visconti realizó la hermosísima Muerte en Venecia en 1971, que utilizó música de Gustav Mahler, y fue protagonizada por Dirk Bogarde y Silvana Mangano, y una figura casi andrógina como la de Björn Andrésen interpretando el papel de Tadzio. En la película, el jovencito aparenta unos 15 años, pero el personaje sobre el que se basó Thomas Mann para narrar la historia del enamoramiento del viejo escritor de la novela, tenía 11 años. El compositor Benjamin Britten también se basó en esta novela para su ópera del mismo nombre.
Digresión 7:
Existen innumerables ediciones de las novelas de Thomas Mann. Pero son muy interesantes los dos tomos de sus Diarios, editados en castellano por Plaza & Janés, Barcelona 1986. La mejor biografía de Mann es la muy reciente de Hermann Kurze, que tiene como subtítulo La vida como obra de arte, editada por Galaxia Gutenberg, Barcelona 2003.