20 de octubre de 2020: 166 años de su nacimiento.
Un hombre con dos vidas. El poeta adolescente y escandaloso de antes de 1875 y, después, el comerciante de armas en África. No conozco un caso tan evidente de un escritor que haya abandonado la literatura y entrado a un cono de sombra de forma tan absoluta como el de Rimbaud. Existen otros, como el de J. D. Salinger, que después del éxito de El cazador entre el centeno de 1961 se ocultó del público y la prensa hasta su muerte. O como Philip Roth, que declaró su intención de dejar de escribir en 2012, después de recibir el premio Príncipe de Asturias. Pero nadie como Rimbaud pasó de la poesía más excelsa al contrabando de armas. Estando en Somalia, alguien que lo reconoció le preguntó por su poesía, y le contestó: “ya no me ocupo de esas cosas”.
Jean Nicolas Arthur Rimbaud nació el 20 de octubre de 1854 en Charleville, una aldea del departamento de las Ardenas, Francia. Era el segundo de los cinco hijos de su padre, un capitán del ejército francés que abandonó a la madre y los hijos cuando Arthur tenía seis años. Desde la escuela, mostró una inteligencia superior, y obtuvo premios por sus primeras composiciones poéticas. Pero también se advertía una personalidad conflictiva y rebelde. A los quince años ganó un concurso con un poema en latín. Alentado por alguno de sus maestros, y a escondidas de su rígida e intolerante madre, publica su primera poesía en una revista literaria, que revela la influencia del movimiento posromántico parnasiano, fundado por Théophile Gauthier. Desesperado por irse de su casa y del aburrimiento pueblerino, soñaba con irse a París y unirse al movimiento revolucionario que se gestaba allí. Aunque hay versiones distintas, es posible que Rimbaud no estuviera en París durante los meses del gobierno de la Comuna de París ni de la represión de la Semana Sangrienta que le siguió. En 1870 huyó de la casa y de la vigilancia estricta de su madre, Vitalie. Logró subirse al tren hacia la capital, pero al llegar, los guardias descubrieron que viajaba sin boleto. Pasó un tiempo en la prisión, pero consiguió que alguno de sus amigos le pague la deuda y el pasaje de regreso. No pasó mucho tiempo en Charleville antes de fugarse nuevamente hacia París. La historia se repitió varias veces, pero un hecho hizo que todo cambiara: la Revolución.
Digresión:
La guerra franco prusiana de 1870/71 terminó con la derrota francesa y la consiguiente caída del imperio de Napoleón III, el Pequeño, y con la constitución del imperio alemán dirigido por Guillermo I y su canciller Otto von Bismark. Murieron cerca de medio millón de franceses y más de 250.000 alemanes. Pero además, tuvo una consecuencia que tal vez nadie había previsto: los obreros y demás trabajadores de París se levantaron en armas y constituyeron el primer gobierno socialista autogestionario de la historia. La Comuna duró apenas dos meses y sin embargo el mundo burgués se estremeció. Pero en esos dos meses se separó la iglesia del estado sin interferir en sus actividades religiosas, y sus propiedades pasaron a ser de propiedad estatal, se remplazó al ejército por una Guardia Nacional formada por ciudadanos, las escuelas se abrieron para la educación de todos, fue abolido el trabajo nocturno, se pospusieron los pagos de las deudas y se anularon los aumentos en las rentas de las casas, se aprobó el control de los trabajadores de las empresas que fueran abandonadas por sus dueños, y se abolió la guillotina, entre otras medidas. Nada de esto podía ser soportado por los políticos de la nueva Tercera República francesa. La represión del gobierno, apoyado por el ejército alemán, fue terrible. Más de 10.000 comuneros fueron fusilados contra los muros del cementerio de Père Lachaise. Entre 20 y 40.000 hombres, mujeres y niños fueron encarcelados en campos de concentración y obligados a trabajos forzados. La represión se mantuvo hasta 1874.
Una vez instalado miserablemente en París, Rimbaud comenzó a relacionarse con otros poetas simbolistas. Lo atraía Baudelaire, y también Paul Verlaine, que por entonces era un poeta bastante consagrado, y que vivía tranquilo con su esposa y un hijo de pocos meses. Rimbaud le envió varios poemas, entre ellos El barco ebrio. Verlaine estaba encantado, y lo invitó a vivir en su casa, con su esposa e hijo. Pero la amistad entre los dos poetas, que pronto se transformó en una tumultuosa relación amorosa, no duró demasiado. Rimbaud vivía alocadamente, borracho habitualmente de ajenjo y hachís. Mientras escribía sus mejores poemas, y a pesar de las frecuentes peleas con Verlaine, los dos huyeron a Londres en 1872 donde vivieron juntos durante un corto período. Pero las peleas continuaron, y unos meses después Verlaine se hartó de todo y se fue a Bruselas, dejando a Rimbaud sin un centavo y desconcertado. Pero Arthur lo siguió, aunque las peleas continuaron, cada vez más violentas. Pero en medio de las borracheras, Verlaine le diparó con un revólver, hiriendo a Rimbaud en la muñeca. Aunque la herida no era grave y Verlaine se disculpó después, Rimbaud denunció la agresión ante la policía, lo que motivó que Verlaine fuera condenado a dos años de prisión. De regreso en Charleville, Arthur se puso a escribir, y finalmente terminó Una temporada en el infierno, que publicó en 1873, pagándolo de su bolsillo y recurriendo a un editor londinense que imprimió solamente 100 copias (seis de ellas las repartió Rimbaud entre algunos amigos, y el resto se guardaron en el sótano de la editorial, hasta que se descubrieron decenas de años después). Después, Verlaine salió de la cárcel en 1875, se convirtió al catolicismo y volvió a verse con Rimbaud, que le entregó los manuscritos de sus Iluminaciones, que Verlaine se encargaría de publicar recién en 1886.
Digresión:
La relación de Rimbaud con Verlaine fue importante, intensa, pero duró poco. Sin embargo para muchos es lo más importante en la vida de Rimbaud. Que se tratara de una relación entre dos poetas en la Francia del siglo XIX los salvó de pasar por las atrocidades de la doble moral de la Inglaterra victoriana, como le ocurrió a Oscar Wilde. Pero estuvo salpicada por escándalos que no eran bien vistos por la intelectualidad parisina, y mucho menos cuando se mezclaban con violencia, drogas y alcohol.
Digresión:
Una temporada en el infierno fue el primer y único libro que Rimbaud vio impreso de su obra. Finaliza con el poema Adiós, tal vez su último poema, su despedida de la poesía. Hay una traducción al castellano de este poema en prosa en https://ciudadseva.com/texto/adios-rimbaud/
Iluminaciones se publicó en 1886, cuando hacía tiempo que nadie sabía nada de Rimbaud y que algunos creían muerto. Es la creación de un mundo de fantasía descontrolada, con poemas (algunos en verso y otros en prosa) signados por la rebeldía y con una mitología propia. Los poemas formaron parte de un capítulo del libro de Verlaine titulado Los poetas malditos de 1883, que contribuyó decisivamente para convertirlo en una leyenda. El poema final se titula Genio, y según Ives Bonnefoy es el poema más hermoso de la lengua francesa. Ver una traducción al castellano en https://www.alastorliterario.com/articulo/genio-traduccion-arthur-rimbaud-illuminations/
El año 1875 marcó un profundo viraje en la vida de Rimbaud. Tal vez por asco o por aburrimiento, decidió convertirse en otro. Viajó por varios países de Europa, que recorrió en gran parte a pie. En 1876 se enroló en el ejército colonial de los Países Bajos, y fue enviado a Java, parte del dominio colonial holandés. Poco después desertó y se escapó hacia Francia. Después viajó a Chipre y en 1880 se instaló en Adén, en Yemen, donde empezó a trabajar para la Agencia Bradey que comerciaba principalmente café entre Europa y Medio Oriente. Fue el lugar en donde trabajó más tiempo de toda su vida, cuatro años. En 1884 se convirtió en un comerciante por cuenta propia, desplazándose hasta la ciudad de Harrar, en la actual Etopía. Le empezó a ir bastante bien económicamente, especialmente con el tráfico de armas y hasta se dice (ver la biografía de la investigadora irlandesa Enia Starkie, publicada en castellano por Editorial Siruela, Madrid) que podría haber participado en el tráfico de esclavos. Sin embargo, en las cartas que le enviaba a su hermana se quejaba de esa vida: “Sin familia, sin actividad intelectual, perdido entre negros que intentan explotarme e impedir que tenga éxito en mis negocios, obligado a hablar su galimatías, a comer su asquerosa comida y a sufrir miles de fastidios provocados por su inactividad, traición y estupidez”. Por una molestia en la rodilla derecha diagnosticada primero como artritis, que pronto se supo era un grave cáncer óseo, se le tuvo que amputar la pierna. Para la operación en Marsella lo trasladaron en una camilla llevada por cargadores hasta Adén, en la actual Yemen. Y desde allí lo embarcaron para Francia en 1891, de donde ya no regresaría nunca más. El 10 de noviembre de ese año murió, a los treinta y siete años de edad.
Digresión:
“Yo es otro”, proclamó cuando tenía 17 años. Cuatro años después abandonó la poesía y desapareció en las entrañas de África. Nunca le había importado la consagración literaria. Sin embargo, de los grandes de la poesía francesa: Charles Baudelaire, Stéphane Mallarme y Arthur Rimbaud, el mayor fue Rimbaud, y su influencia se extendió desde el mundo de los surrealistas y la generación beat y la contracultura de los ‘60, hasta los cantantes como Bob Dylan y Jim Morrison. Y también sobre escritores como Henry Miller, Ezra Pound o figuras del arte como Pablo Picasso o Jean Cocteau. Su idea era que la poesía debía aspirar a un desarreglo de los sentidos, y eso lo logró.
Curiosidades rimbaudianas
En 1995 la directora polaca Agnieska Holland filmó la película Total eclipse (que se conoció en España como Vidas al límite, en México como Eclipse en el corazón y en Argentina como El fuego y la sombra. Seguramente tratando de explotar la malsana curiosidad del público, está centrada en la relación homosexual entre Rimbaud y Verlaine, y Leonardo di Caprio personificó a Rimbaud.
Se puede leer la Poesía completa de Rimbaud en la edición bilingüe publicada por la editorial Atalanta, 2026 en https://issuu.com/atalantaweb/docs/100_-_issuu_rimbaud?e=2735621/39339686
Pablo Picasso hizo una hermosa litografía de Rimbaud en 1960. Se puede ver en: http://www.surrealism.gallery/PPMA-1960AA.htm