2 de noviembre de 2020: 45 aniversario de su asesinato.

Ateo, comunista, homosexual, Pasolini no era creyente pero creía en la humanidad de Cristo. “Yo no creo que Cristo es el hijo de Dios, porque no soy creyente, por lo menos no conscientemente. Pero yo creo que Cristo es divino. Yo creo que Es, que en Él la humanidad es tan amable y tan ideal que sobrepasa los límites comunes de la humanidad”. El novelista italiano Alberto Moravia, que fue gran amigo de Pasolini, dijo en su entierro que “para los católicos era marxista, para los marxistas era católico, y para ambos era homosexual”. Para él, Jesús no era el líder religioso que pontifica y condena, sino un sencillo hombre de pueblo que anunciaba que todavía hay esperanza para los pobres, los parias, los enfermos y los excluidos. Que perdona los pecados individuales pero que condena con fiereza los pecados sociales. Siempre convivieron en su interior esa tensión entre el niño que creció dentro de la religión y del adulto izquierdista y libertario.

Pier Paolo Pasolini nació en Bolonia, Italia, el 5 de marzo de 1922. Era hijo de un militar del ejército italiano, que se haría famoso por salvar la vida de Benito Mussolini en 1926, y de una maestra de escuela elemental. Desde pequeño, Pier Paolo se sintió atraído por la poesía, y escribió sus primeros versos a los siete años, los que recién empezó a publicar cuando era un estudiante de 19 años en la Universidad de Bolonia. En 1941 publicó una compilación de esos poemas en idioma friulano, el idioma de la región del Véneto, donde vivió de niño y donde aprendió a hablar esa lengua marginal, opuesta al centralismo del italiano de Roma. En 1947 se acercó al Partido Comunista Italiano, aunque siempre mantuvo posiciones críticas con la línea oficial. Un año después, sería expulsado del partido por “comportamiento indecente”. Paralelamente a su trabajo como profesor de literatura de una escuela secundaria, publicó varios libros de poesías como el premiado Las cenizas de Gramsci de 1957, y El ruiseñor de la Iglesia Católica de 1958. También publicó ensayos sobre poesía popular, una Poesía dialectal del siglo XX que apareció en 1955, y novelas de contenido social como Muchachos de la calle de 1955, Una vida violenta de 1959 y algunas obras de teatro.

Digresión 1:

Tanto en su poesía como en su obra ensayística y narrativa, y también en su labor periodística, Pasolini polemizó con el marxismo oficial y con el catolicismo, acusando a ambos de no comprender enteramente la cultura de sus bases obreras y campesinas. Y desde los tempranos años ‘50 y ‘60 alertó sobre el modelo centralista del sistema cultural dominante, que operaba especialmente a través de la televisión, y que socavaba las tradiciones culturales populares. Decía que esta era la “edad de la basura”, la de la basura superflua que convierte en vertederos de plástico los fondos marinos y las playas. El consumismo, agregó, consiguió lo que no llegó a conseguir el fascismo: propiciar el individualismo, generar conformismo y despolitizar a los ciudadanos. A quienes lo calificaban de “inmoral”, les contestaba que lo inmoral es la pobreza, producida por la moral de la sociedad consumista.

En las décadas de los ‘60 y ‘70, Pasolini se inició en la dirección teatral poniendo en escena obras que retrataban aspectos de la vida cotidiana, siempre poniendo el acento en los personajes marginales, delincuentes y pobres que fueron los que había dejado la posguerra en Italia.

En estos años, Pasolini comenzó con su carrera de director y guionista cinematográfico, sorprendiendo con su temprana Accattone (que confesó que filmó sin tener idea de la técnica cinematográfica), estrenada en 1961, que es una historia de proxenetas y prostitutas del mundo marginal romano, y con la neorrealista Mamma Roma, de 1961, en la que contó con la formidable actuación de Anna Magnani (“Haré cine cada vez más difícil, más árido, más complicado, y quizá incluso más provocador, para que sea lo menos consumible posible”, dijo en una entrevista). En 1962 dirigió uno de los cuatro episodios de RoGoPaG, una película de cuatro directores (Roberto Rossellini, Jean-Luc Goddard, Pasolini y Ugo Gregoretti). En el episodio dirigido por Pasolini, se cuenta la historia que sucede durante la filmación de una película sobre la crucifixión de Jesucristo, en la que uno de los actores muere por una indigestión producida por la comilona de queso ricotta y pan. Las posiciones anticlericales de Pasolini reflejadas en este episodio provocaron una demanda en su contra y una condena de cuatro meses de cárcel. En 1964 se estrenó El Evangelio según Mateo, película dedicada a la memoria del papa Juan XXIII, que relata la vida de Jesús desde su nacimiento hasta la resurrección, con diálogos extraídos directamente del texto bíblico. A pesar de los ataques que sufrió la película, L’Osservatore Romano, el diario del Vaticano, calificó en 2015 la obra de Pasolini como “una de las más bellas jamás rodada sobre la vida de Jesús”.

Digresión 2:

Como dato curioso, señalamos que el personaje de Cristo en esa película fue interpretado por el joven vasco Enrique Irazoqui, cejijunto y algo bizco, que había conocido a Pasolini cuando viajó a Italia para buscar apoyos para la lucha antifranquista, y que luego fue fichado por la policía española por haber trabajado “para una película comunista”.

Edipo Rey, de 1967, es la primera película en la que Pasolini figura como guionista, pero basándose en la tragedia de Sófocles. En 1968 se estrenóTeorema, una película que fue la ganadora de un premio en el festival de Venecia, pero que fue inmediatamente prohibida por su fuerte contenido sexual. En ella se describe el mundo de una familia burguesa en la Italia de la época del desarrollo económico posterior a los ‘60, cuando un extraño personaje llega a la casa de esta familia y seduce a todos sus miembros (sin despreciar ni a la sirvienta), y luego desaparece dejando a todos confusos y tratando de encontrar un nuevo sentido a su vida. Después de algunas películas más, la carrera de Pasolini en el cine terminó en 1975 con Saló o los 120 días de Sodoma (estrenada 20 días después de su asesinato y secuestrada a los pocos días por “su obscenidad alucinante”), que es la adaptación de una novela homónima del marqués de Sade de 1785, en la que se muestra hasta dónde puede llegar la crueldad humana cuando cuatro jóvenes fascistas secuestran a 16 mujeres y hombres, los llevan a la lejana localidad de Saló, y los someten a violaciones y torturas tan humillantes como la de comerse sus propias heces.

El 2 de noviembre de 1975 la policía de Roma detuvo un auto Alfa Romeo por conducir con exceso de velocidad y en sentido contrario. El auto era propiedad de Pier Paolo Pasolini, y lo conducía un joven de 17 años llamado Giuseppe Pelosi, que trató de huir cuando lo persiguieron. Al ser interrogado, confesó que había asesinado a Pasolini en el cercano balneario de Ostia, donde luego fue hallado el cadáver del conocido intelectual y cineasta, horriblemente golpeado y mutilado. Había sido golpeado con una barra de hierro en la parte testicular, quemado mientras todavía estaba vivo, y luego pisado por el coche. Tenía 53 años.

Digresión 3:

Versión I:
Pelosi confesó ante la policía que había cenado con Pasolini y luego fueron al balneario donde el cineasta le había propuesto que lo sodomizara con un palo de madera, a lo que se negó. Pasolini entonces le pegó, por lo que Pelosi tomó un garrote y lo golpeó hasta matarlo. El autor del crimen fue juzgado y condenado en 1976.

Versión II:
En 2005, después de haber pasado 29 años en la prisión, Pelosi modificó su versión del crimen. Dijo que tres jóvenes, con acento meridional, se habían acercado a Pasolini gritándole que era un “sucio comunista” y “maricón”, y que lo masacraron a golpes hasta matarlo. Pelosi murió en 2017 debido a un cáncer, sin haber despejado totalmente lo que sucedió esa noche.

Versión III:
Otras evidencias descubiertas ese año, llevaron a que varios medios sugirieran que Pasolini había sido asesinado por un extorsionador. Un amigo del director, Sergio Citti, que fue su pareja durante varios años y que trabajó con Pasolini como actor y también como guionista, dijo que varios rollos de la película Saló, conteniendo escenas comprometedoras, habían sido robados y que Pasolini había ido esa noche a entrevistarse con el extorsionador.

Versión IV:
La muerte de Pasolini había causado gran conmoción entre círculos intelectuales de Italia y del mundo. A nadie había convencido la primera versión de Pelosi de que todo había sido porque Pasolini le hubiera propuesto tener sexo con él, siendo que la homosexualidad de Pasolini era pública, y que en cambio se sabía que gente poderosa del gobierno italiano deseaba acallar la voz del que denunciaba con sus películas y sus libros la corrupción reinante en el país.

Versión V:

En 1975 allegados al primer ministro italiano, el democristiano Aldo Moro, sostuvieron la tesis de que el asesinato de Pasolini era “un asunto de homosexuales”. Después, el que fuera sucesor de Moro, el también democristiano Giulio Andreotti, cabeza de uno de los períodos de mayor corrupción en Italia, dijo: “se lo ha buscado”.

Para tratar de comprender lo que era la corrupción política italiana de la posguerra, agrego este dato a título de ejemplo: Pasolini dejó una novela inacabada, titulada Petróleo, que recién se publicó diez y siete años después, en 1992. En esa edición, se aclaraba que faltaban unos capítulos de la novela, que habían desaparecido misteriosamente. Pero en 2019 el senador del partido Pueblo de la Libertad, Marcello dell’Utri, anunció que se había encontrado un manuscrito dactilografiado inédito que sería uno de los capítulos desaparecidos de Petróleo que, según el senador, sería un texto referido a negocios turbios del ENI (Ente Nazionale Idrocarburi, la compañía petrolera nacional) y a su fundador y director Enrico Mattei, un curioso personaje que se inició como fascista, viró luego hacia la democracia cristiana y que como alto dirigente de la política petrolera italiana se enfrentó a los poderosos intereses del cartel petrolero internacional. Mattei murió en 1962, cuando su avión particular se estrelló cerca de Milán, en un episodio que la investigación de la comisión oficial (encabezada por el entonces ministro de Defensa, el corrupto Giulio Andreotti) dictaminó que se trató de un accidente. Sin embargo, hubo investigaciones posteriores, a la vez que proliferaban las denuncias de que se había tratado de un atentado de la CIA, de la mafia siciliana o de los servicios de inteligencia franceses, todos vinculados a intereses enfrentados a las ideas nacionalistas de Mattei. Finalmente, otra investigación judicial concluyó en 1994 que se trató de un homicidio, aunque sin aclarar quién había sido el o los autores.

Digresión final:

En una entrevista que le hicieron a Pasolini el mismo día de su asesinato y que fue publicada siete días después, dijo, presintiendo su final: “Todo el mundo sabe que yo pago mis experiencias personalmente. Pero también están mis libros y mis películas. A lo mejor soy yo el que se equivoca, pero sigo pensando que todos estamos en peligro (…) Añoro la revolución pura y directa de la gente oprimida cuyo único objetivo es ser libre y dueña de sí misma. Imagino que aún puede llegar un momento así en la vida de Italia y del mundo (…) Quiero decir a calzón quitado: yo bajo al infierno y sé cosas que perturban la paz de los otros. Pero tened cuidado. El infierno está subiendo y las ganas y necesidad de dar un garrotazo, de agredir y de matar es fuerte y es general”.

El hermoso poema de Pasolini titulado Padre nostro que sei nei cieli (padre nuestro que estás en el cielo), recitado en italiano espléndidamente por Vittorio Gassman, se puede escuchar aquí.

PIER PAOLO PASOLINI
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