14 de agosto de 2020: 64 aniversario de su fallecimiento.

Muchos de nosotros leímos, seguramente, y nos emocionamos, con un poema que actualmente está grabado en la entrada del Museo Memorial del Holocausto en Washington DC, Estados Unidos:

«Primero vinieron por los socialistas,
y yo no dije nada, porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas,
y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos,
y yo no dije nada, porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí,
y no quedó nadie para hablar por mí»

Siempre supe que era un poema de Brecht, citado y publicado hasta el cansancio. Pero ahora me enteré que hay otro poema, con muchas similitudes:

“Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde.”

Este último, fue escrito por Martin Niemöller, un pastor protestante alemán que empezó siendo votante del nazismo y terminó en diversos campos de concentración y condenado a muerte. Fue uno de los pocos alemanes que, después de vivir los primeros años de la barbarie del régimen aspirante al milenio y que duró doce años, casi de milagro pudo sobrevivir después de ser prisionero del campo de Dachau.

¿Cuál es el poema original? No se sabe. Pero, de todas formas, es hermoso.

Eugen Berthold Friedrich Brecht nació en Augsburgo, Baviera, el 10 de febrero de 1898. Hijo de una familia burguesa de la ciudad, su padre, católico, era gerente de una pequeña fábrica de papel, y la madre, protestante, era hija de un funcionario público. El joven Brecht fue un rebelde que le gustaba jugar al ajedrez y tocar el laúd, y que quiso vivir al margen de las normas de su tiempo, harto de las rutinas y de la disciplina docente. En la escuela destacó por su precocidad intelectual y por su conducta escandalosa. Por haber escrito un ensayo en el que criticaba la idea de los partidarios de la guerra de que era honorable morir por la patria, el joven Bertolt fue expulsado del colegio, aunque su padre y algún profesor lo salvaron del castigo. En 1917, se inscribió en la escuela de medicina en Munich, carrera que interrumpió porque fue incorporado al servicio militar. En la Primera Guerra Mundial, sirvió como médico militar en el hospital de su ciudad natal. A los veinte años escribió su primera obra de teatro, llamada Baal. Tuvo una relación sentimental con una mujer, de la que tuvo un hijo que moriría después, en 1943, durante la Segunda Guerra, en el frente soviético. Entre 1918 y 1920 escribió una obra sobre la revolución alemana de 1919, liderada por los espartaquistas Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, titulada Tambores en la noche. Al finalizar la representación, una voz decía: «Todo esto no es más que puro teatro. Simples tablas y una luna de cartón. Pero los mataderos que se encuentran detrás, esos sí que son reales». Fue la primera aplicación práctica del distanciamiento, o extrañamiento, una técnica teatral creada por Brecht que pone la obra centrada en las ideas, y evita sumergir al público en un mundo ilusorio. La moralidad de la obra suplanta al teatro tradicional, que pretende ser imparcial. En 1920, Brecht viajaba a menudo a Berlín, donde conoció a la actriz y cantante Marianne Zoff con la que se casó en 1922. Tuvieron una hija, pero el matrimonio duró poco tiempo. Al año siguiente se separaron, porque Brecht había conocido a la actriz Helene Weigel, que sería su compañera durante el resto de su vida. Se casaron luego, en 1928, cuando ya vivían en Berlin. Para entonces, Brecht había estudiado las obras de Marx y forjado una estrecha amistad con comunistas no dogmáticos y sin partido, como Karl Korsch (el filósofo alemán que luego se exiliaría en Estados Unidos) y Ernst Bloch, otro filósofo alemán exiliado también en Estados Unidos. Bertolt nunca se afilió al partido Comunista ni estuvo sujeto a su disciplina, aunque casi siempre coincidió con sus posiciones. Otra innovación teatral de Brecht fue el llamado teatro épico (que no quiere decir heroico) o narrativo, que tiene sus antecedentes en la Rusia de la Revolución de octubre, y en el teatro político de Erwin Piscator, el dramaturgo alemán que se refugió y trabajó en la URSS. El teatro épico de Brecht no se preocupa de la estética ni en la emotividad del espectador sino en la utilización del teatro como herramienta de creación de conciencia política.

Cuando Brecht tenía treinta años, puso en escena su Ópera de tres centavos (o de cuatro cuartos), con música de Kurt Weil, una obra en la que critica del orden burgués, representándolo como una sociedad de delincuentes, prostitutas, vividores y mendigos.

Digresión 1:

Esta obra fue llevada al cine en 1931 bajo la dirección Georg Wilhem Pabst. Fue la obra teatral más exitosa en Alemania hasta la llegada al poder de los nazis en 1933. Brecht y Weill se vieron obligados a abandonar Alemania, pero para entonces, la obra se había traducido a 18 idiomas e interpretado más de 10.000 veces en los escenarios europeos. Lotte Lenya, la esposa de Weill, era la protagonista femenina en 1928, así como lo fue en 1954 en Broadway. Algunas de las canciones de la ópera adquirieron gran éxito por sí mismas, como Moritat (hecho de muerte) cantada por el personaje Mackie Messer (Mackie el cuchillo o la navaja), que escuché mil veces grabada por Louis Armstrong en 1956 o por Frank Sinatra en 1984. La canción fue cantada también por Bobby Darin, Sting y Rubén Blades (Pedro Navaja).

Para oír la versión de Louis Armstrong, https://www.youtube.com/watch?v=S-lHrDPjGfQ

El 28 de febrero de 1933, un día después del incendio del Reichstag, Brecht y Helene Weigel con su familia y amigos abandonaron Berlín y huyeron a Dinamarca vía Praga, Viena, Zurich, hasta Skovbostrand, en Dinamarca, donde los Brecht pasaron los siguientes cinco años. El 10 de mayo de 1933, varios libros suyos fueron quemados en toda Alemania por los estudiantes y guardias nazis.

Digresión 2:

La quema de libros fue un acto propagandístico minuciosamente preparado. Los estudiantes de la federación estudiantil adherida al partido nazi fueron los encargados de ejecutarla. Contaron para ello con la colaboración de muchos profesores y autoridades académicas, además del apoyo de escuadras de las SA y las SS. Se quemaron libros de 94 autores judíos, comunistas, levemente izquierdistas u opositores. La quema de libros se reprodujo en muchas ciudades alemanas. Durante el acto en Friburgo, por ejemplo, el filósofo Martin Heidegger, en aquel momento rector de la Universidad, participó en la quema local y realizó un discurso “incendiario”. Como escribió el entonces periodista Theodor Heuss en un artículo no publicado: «Algunas personas que se encuentran en la lista, no son malos vecinos, como personas, pero a su lado se encuentra también toda la literatura desarraigada judía, contra la que he luchado todos estos años, y eso es menos bonito, entrar en la historia con esos.» . Esto, a pesar de que algunos de sus libros estaban en las piras. Aun así, Theodor Heuss fue el primer presidente de la República Federal de Alemania, en 1949. Un arrepentido con el alma buena, seguramente.

El exilio nórdico de Brecht fue duro, porque atravesó por grandes dificultades económicas. Pero durante esos años (1937-1944) escribió algunas de sus obras más importantes. La vida de Galileo, escrita en 1939 (pero reescrita en 1944 para adaptarla al gusto estadounidense, fue interpretada por el actor inglés Charles Laughton, y dirigida por Joseph Losey) está ambientada durante los años finales del astrónomo que renegó de la teoría ptolomeaica (adoptada por la Iglesia católica) de la centralidad de la Tierra y abogó por el heliocentrismo, y que fuera condenado por eso por la Inquisición en 1633 a cadena perpetua. Cuando Galileo fue obligado a confesar su “culpa”, la pena de prisión perpetua fue luego permutada por prisión domiciliaria perpetua (a cambio de su falsa confesión y abjuración). Madre coraje y sus hijos, de 1939, es un alegato contra las guerras, donde una madre de tres hijos sobrevive durante la guerra con la venta ambulante desde un carromato que arrastra detrás de un ejército, y se presenta como el símbolo de la alianza entre la guerra y el comercio, en donde la codicia lleva a pérdidas irreparables. Los tres hijos de la madre son finalmente acribillados durante la guerra. Brecht trata de que la audiencia reaccione indignada ante la inutilidad de la guerra y no que se compadezca emocionalmente con Madre Coraje. En El alma buena de Sechwan se narra la vida de una joven prostituta de buen corazón. La pregunta de la obra es si se puede ser virtuoso y sobrevivir al mismo tiempo en el mundo capitalista. La obra se escribió en 1938, pero no se terminó hasta 1943, mientras el autor estaba en el exilio en Estados Unidos. La obra El círculo de tiza caucasiano, también escrita entre 1944 y 1945 y estrenada en 1948, narra la historia de una pugna por la posesión de un niño entre una madre koljosiana que lo abandona y la campesina de un koljós vecino que se ocupa de él; a la manera salomónica, el juez debe decidir quién es la verdadera madre. En el verano de 1941, Brecht y Helene viajaron a Moscú y desde allí a Vladivostok, donde embarcaron rumbo a California. Se instalaron en Santa Mónica, cerca de Hollywood. Allí intentó escribir para la industria cinematográfica, pero sus guiones no fueron aceptados por las grandes productoras. En Estados Unidos organizó algunas representaciones teatrales, en la mayoría de los casos en escenarios de emigrantes.

“Para ganarme el pan, cada mañana/ voy al mercado donde se compran mentiras. / Lleno de esperanza, / me pongo a la cola de los vendedores”. (Hollywood, en Poemas y canciones, Ed. Alianza, Madrid 1973, p. 133).

Pronto, Brecht volvió a ser perseguido por sus ideas políticas. El 30 de octubre de 1947 fue interrogado por el Comité de Actividades Antiamericanas del célebre senador Joseph Mc Carthy, por lo que tuvo que escapar al día siguiente otra vez a Suiza, sin esperar el estreno de su obra La vida de Galileo en Nueva York. Luego se supo que el FBI había espiado a Brecht durante trece años, había controlado sus llamadas telefónicas e intervenidas su correspondencia. A comienzos de 1949 se trasladó con un pasaporte de Checoeslovaquia de Praga a Berlín Este, en la República Democrática Alemana. Después de dieciséis años de exilio, se instaló en una casa berlinesa y comenzó a trabajar en varias obras. También fundó, junto con su leal compañera Helene Weigel el Berliner Ensamble, que pronto se convirtió en una institución teatral famosa en todo el mundo. En 1955, Brecht recibió el Premio Lenin de la Paz. El 14 de agosto del año siguiente contrajo una inflamación del pulmón y murió de una trombosis coronaria. Tenía 58 años. Más tarde, algún periódico alemán desenterró la versión de que Brecht había sido premeditadamente mal atendido por médicos al servicio de la Stasi (policía secreta de Alemania oriental).

Digresión 3:

Después de la muerte de Brecht, algunos escritores aprovecharon su ausencia para criticarlo. Gunther Grass, el famoso autor de El tambor de hojalata, había provocado un escándalo cuando confesó que a los 17 años perteneció a las SS (Schutzstaffel o «Cuerpo de Protección»). Se sabía sólo que en 1944 estuvo unos meses en el ejército como auxiliar de artillería y que sirvió en la milicia, pero no que los batallones organizados para la guerra por los nazis lo hubiesen reclutado como soldado, cuando era aún un adolescente. El 8 de mayo de 1945 fue herido y capturado, y permaneció un tiempo hospitalizado y otro como prisionero de guerra. Más tarde, siendo ya un exitoso narrador, se refirió en varias ocasiones a Brecht, criticándolo porque no había actuado con energía para denunciar las barbaridades del régimen comunista alemán oriental, especialmente en el levantamiento de los obreros berlineses de 1953. Grass fue laureado con el Premio Nobel de Literatura de 1999. Bertold Brecht, no. Pero había escrito el 17 de junio de 1953:

La resolución

Después de la rebelión del 17 de junio el secretario de la Unión de Escritores mandó distribuir folletos en la avenida de Stalin en los que se leía que el pueblo había perdido la confianza en el gobierno y que solo mediante el trabajo redoblado podría reconquistarla. ¿No sería más sencillo que el gobierno disolviera al pueblo y eligiera a otro?

BERTOLT BRECHT
/a>