15 de octubre de 2020: 176 aniversario de su nacimiento.
Es frecuente encontrar referencias a una supuesta influencia del pensamiento de Nietzche en el bagaje ideológico nazi, especialmente por la utilización del concepto de “superhombre” como equivalente de la superioridad de la raza aria sostenido por el hitlerismo. Y esto se debe, seguramente, al estilo de la escritura nitzcheana, llena de ferviente pasión y frecuentemente más literario y poético que filosófico. Y también por el papel que desempeñó Elisabeth Förster-Nietzche en el control ideológico del final de la vida de Nietzche, así como el del manejo de su obra después de la muerte del filósofo. Después de enviudar, ella creó un culto a la personalidad de la figura de su hermano, aun cuando estaba vivo y en estado casi vegetativo, organizando visitas de sus cada vez más numerosos admiradores para verlo postrado en la cama. La obra se perfeccionó con la publicación póstuma de una serie de notas bajo el título de La voluntad de poder, notas que no habían sido trabajadas por Nietzche y que Elisabeth, en una especie de copy/paste (copiar/pegar) anticipado, ordenó y presentó como la obra más importante del filósofo. Para culminar su perversidad, publicó en 1904 una biografía, La vida de Nietzche, llena de mentiras y fantasías que presentaban a Fredrich como un nacionalista exaltado, pleno de virtudes. Las ventas de esta biografía fueron enormes, especialmente cuando los soldados alemanes que peleaban durante la Primera Guerra mundial lo leían con fervor. Y los ingresos de Elisabeth fueron equivalentes.
Friedrich Wilheim Nietzche nació en Röcken, en el estado de Sajonia-Anhalt, un pueblecito cerca de Leipzig, Alemania, el 15 de octubre de 1844. Su padre era un pastor luterano que murió cuando Friedrich tenía apenas cuatro años, de un “reblandecimiento cerebral” según describió el hijo. Por eso, Nietzche creció entre los cuidados de su madre, su abuela materna, y dos tías paternas. Recibió una excelente educación clásica, revelando desde temprano un talento especial para la música y el lenguaje. Ya en 1856, con apenas doce años de edad, escribió lo que llamó un “tratado filosófico”, que tituló Sobre el origen del mal. Graduado en 1864 en el gymnasium (instituto de segunda enseñanza), comenzó a estudiar teología y filología clásica en la Universidad de Bonn, aunque luego se inscribió en la de Leipzig, en la que estudió atentamente la obra de Arthur Schopenauer, el más importante representante del pesimismo filosófico, autor de El mundo como voluntad y representación, publicada en 1819. Pese a que su tiempo estaba dedicado a sus estudios filosóficos y la escritura de poemas y piezas musicales (en las que se nota la influencia del romántico Robert Schumann), viajó a Colonia con otros estudiantes y posiblemente visitó un prostíbulo donde tal vez contrajo sífilis, una enfermedad que le traería consecuencias que marcarían el resto de su vida. En 1867 hizo un año de servicio militar voluntario en una compañía de caballería de un regimiento de artillería, del que fue dado de baja después de sufrir un accidente ecuestre. En 1869 se trasladó a Basilea, Suiza, donde ejerció como profesor de filología clásica aún antes de graduarse, lo que era una situación fuera de lo común. Ese año, conoció al compositor Richard Wagner (1813-1883) y a su esposa, Cósima (1837-1930), hija ilegítima del compositor Franz Liszt.
Digresión 1:
Durante su estancia en Basilea, Wagner, Cósima y Nietzche se hicieron íntimos amigos. Nietzche adoraba la música de Wagner, lo que por supuesto era del agrado del músico. Wagner, por su parte, consideraba que Nietzche era un buen escritor. A Cósima le regaló para su cumpleaños de 1870 el manuscrito de su primera versión de El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música, obra dedicada a Wagner y que recién se publicó en 1872.
Es seguro que el extremo chauvinismo y el antisemitismo de Wagner provocaran el hartazgo de Nietzche y acelerara la ruptura de las relaciones entre ellos. Poco después, Nietzche escribió Contra Wagner, un opúsculo en el que atacó el enorme egoísmo del músico, dicendo que Wagner “no es el profeta del futuro como tal vez le gustaría ser, sino el intérprete esclarecedor del pasado”. Y sostuvo que la verdadera ópera era Carmen, de Bizet. Conociendo el malévolo talante y el egocentrismo de Wagner, era de imaginarse el final de esta relación. Sin embargo, en el lecho de muerte, Nietzche pidió que tocaran música de Wagner.
La Universidad de Leipzig tuvo con Nietzche un reconocimiento especial: le otorgó el doctorado sin necesidad de hacer el riguroso examen y la disertación correspondiente, teniendo en cuenta el nivel y la calidad de sus investigaciones. También la Universidad de Basilea lo distinguió nombrándolo profesor ordinario de filología clásica. Instalado en esta ciudad suiza, Nietzche renunció a su ciudadanía alemana, y se mantuvo el resto de su vida sin nacionalidad alguna, una liberalidad que no sería posible tener en nuestros tiempos. A pesar de esto, en 1870 se incorporó voluntariamente al ejército prusiano, sirviendo en una unidad de transporte sanitario en la guerra contra Francia. Un mes después, sin embargo, fue dado de baja por haber contraído difteria y disentería, otras dos enfermedades que se agregaron al catálogo de sus males y que arruinaron su salud, de por sí ya endeble. De vuelta a su cátedra de Basilea, Nietzche frecuentó las clases del historiador del arte y la cultura suizo Jacob Buckhardt y del filósofo nihilista Max Stirner. Cuando en 1872 se publicó El nacimiento de la tragedia, una obra que explica el origen y la desaparición de la tragedia griega, recibió críticas de varios de sus colegas filósofos y filólogos. Los ensayos que publicó en los años siguientes, entre 1873 y 1876, formulaban una posición crítica sobre el rumbo de la actividad cultural alemana, rumbo que Nietzche consideraba equivocado, y que ayudaron a aumentar su aislamiento de los círculos académicos e intelectuales. Enfermo y solitario, su salud volvió a resentirse, sufriendo una ceguera parcial y agudos dolores de cabeza y de estómago. Pasaba largas temporadas en balnearios como St. Moritz o Niza, así como en Génova o Turín. La publicación de Humano, demasiado humano en 1878 mostró su alejamiento del pensamiento de Schopenhauer y de Wagner.
Digresión 2:
Las relaciones sociales de Nietzche siempre fueron intensas y hasta tumultuosas. En 1881 Nietzche pasó un verano junto con Lou Andreas-Salomé, Paul Reé y su hermana Elizabeth. Reé fue un filósofo alemán que llegó a ser uno de los amigos más íntimos de Nietzche. Lou Andreas-Salomé era una mujer liberal que llegó a ser una buena amiga y compañera de Nietzche. El filósofo llegó a proponerle matrimonio, lo que Lou rechazó. Paul Reé también se sintió atraído por ella, y Lou llegó a proponerles formar un trío de amistad y trabajo que, obviamente, no funcionó. Mujer seguramente fascinante, Lou Andreas-Salomé fue también una corresponsal asidua de Sigmund Freud y de Rainer Maria Rilke. Las relaciones entre los tres personajes se rompieron entre 1882 y 1883, en parte motivadas por las intrigas de la hermana de Fredrich, Elisabeth.
Elisabeth se casó en 1886 con Bernhard Förster, un maestro de escuela conocido como un violento agitador antisemita, con el que se fue a vivir a Paraguay, donde fundaron la colonia alemana (“aria pura”) Nueva Germania, arrastrando con ellos a varias familias alemanas. Nietzche rechazaba las ideas de Förster, y se negó a estar presente en el casamiento de su hermana. Cuando el proyecto de la colonia fracasó, porque los arios puros no sabían cultivar la tierra, Förster se suicidó en 1889. La colonia Nueva Germania aún existe en Paraguay. Elisabeth regresó a Alemania en 1893, y aprovechando la muerte de su madre y la enfermedad de su hermano, se hizo con el control del resto de la vida de su hermano, sumido ya en la locura, y especialmente de sus escritos no publicados y de su correspondencia. En 1930 se afilió al partido nazi, por lo que cuando Hitler se hizo con el poder absoluto, Elisabeth encontró el apoyo financiero que necesitaba para levantar su Archivo Nietzche. Cuando murió, en 1935, el mismo Hitler y la jerarquía del partido nazi acudieron a su entierro. Todo esto también contribuyó a que muchas veces se confundiera la obra de Nietzche con los postulados del nacionalsocialismo hileriano.
Acosado por las enfermedades que volvían a aparecer reiteradamente, Nietzche marchó a Rapallo, un pueblo italiano cercano a Génova, donde se encerró durante diez días y escribió la primera parte de su obra más famosa, Así habló Zaratustra. En este libro, Nietzche expuso sus ideas principales a través de los relatos y reflexiones de un profeta persa llamado Zoroastro, fundador de la filosofía mazdeista, y de quien no se conoce demasiado, ni siquiera la época en la que vivió. La obra fue publicada en cuatro partes, la última en 1885. A pesar de que todos la consideraban muy importante, no tuvo ningún éxito comercial. Al año siguiente publicó Más allá del bien y del mal, pagando la edición de su bolsillo, enfrentándose a la moralidad de la herencia judeo-cristiana que impregnaba la obra de los pensadores de su tiempo. El título del libro sirvió para la película que la directora italiana Liliana Cavani filmó en 1977, pero que trata en realidad de la conflictiva relación del trío compuesto por Nietzche, Paul Reé y Lou Andreas-Salomé que mencionamos más arriba. En medio de un agravamiento de sus enfermedades, Nietzche publicó en 1887 su Genealogía de la moral, continuación de su crítica al concepto de moral de toda la filosofía occidental desde Sócrates y los clásicos griegos y en 1888 Ecce homo, cómo se llega a ser lo que se es, escrito al borde de la crisis que lo hundiría en su locura. Presentado como un libro autobiográfico, Nietzche se presenta como un filósofo cuya obra cambiaría la historia del pensamiento y de la historia misma. Él es el mensajero del apocalipsis, el que entiende la guerra espiritual entre “la mentira milenaria” del cristianismo y “la verdad eterna, que es la voluntad de poder”. Y antes de que se imponga la voluntad, sucederían “terremotos y espasmos nunca vistos” que destruirían las instituciones del poder.
Digresión 3:
Desde 1867 Nietzche era tratado por la sífilis contraída en su juventud. Todo culminó con el colapso mental que sufrió en 1889, cuando fue detenido por la policía por un escándalo provocado en las calles de Turín hasta que su amigo Overbeck llegó para acompañarlo en su regreso a Basilea. La madre de Friedrich se encargó de internarlo en una clínica psiquiátrica. En 1893 Elisabeth Förster Nietzche regresó de Paraguay, y se hizo cargo de la atención de su hermano, y a trabajar sobre sus escritos no publicados, de los que tomó el control contra los deseos de los amigos del filósofo. Sumergido en la oscuridad de su locura, Friedrich vivió hasta el 25 de agosto de 1900, cuando murió por una neumonía. Tenía 56 años.
La filosofía de Nietzche ha tenido muchas interpretaciones y ha servido a diferentes propósitos e interpretaciones. A esto contribuyó la forma en que escribió sus textos, como aforismos, a veces tajantes y a veces ambiguos. La intervención de su hermana Elisabeth en esos trabajos proporcionó una imagen deformada de su pensamiento, especialmente desde el punto de vista político. Como decía el filósofo mexicano José María Pérez Gay: “La filosofía de Nietzche es, ante todo, una crítica frontal de la modernidad, de su lenguaje y su literatura de su educación y su pedagogía, de su idea de la historia y de la filología clásica, de su moral, de su religión y su filosofía” (Nexos, México 1979). El “eterno retorno” del que escribe en Así hablaba Zaratustra y que tiene su origen en Heráclito, supone un mundo en donde se dan un número infinito de momentos iguales y el hombre ha de vivir un número infinito de vidas. Siendo el tiempo infinito, han tenido lugar todos los desarrollos posibles, de modo que “este momento” tiene que ser una repetición. De modo que el hombre es infinitamente responsable de sus actos ya que estos serán repetidos un número infinito de veces. La persona que acepta el eterno retorno sin decepcionarse o evadirse es un superhumano (Übermensch), que no debe entenderse como un superhombre en el sentido físico, sino en un hombre que está por encima de los demás, uno cuya distancia del hombre ordinario es mayor que la del hombre y el simio, uno que es lo contrario de la mediocridad, de la conformidad con lo establecido, y que es, en definitiva, el auténtico filósofo.
Digresión 4:
No podría dejar de citar a Jorge Luis Borges, que fue un atento lector de Nietzche (cfr. La doctrina de los ciclos, Obras completas, t. I, Emecé Editores, Barcelona 1989, p. 385). Y reconocer la razón en si afirmación de que el filósofo alemán “en sus años finales aspiró a la dignidad de profeta y sabía que ese ministerio es incompatible con un estilo razonable o explícito (Algunos pareceres de Nietzche, La Nación, 11 de febrero 1940)
Curiosidades nietzcheanas
Así habló Zaratustra sirvió de inspiración para el conocido y bello poema sinfónico compuesto por el compositor alemán Richard Strauss, y estrenado en 1896. Esta música es la que Stanley Kubrick utilizó en su película 2001: Odisea del espacio.
La famosa frase “Dios ha muerto” que aparece en el libro La gaya ciencia no es una muestra de pesimismo, porque si Dios es omnipotente y el que todo lo controla, entonces vivimos en libertad. Posiblemente, Nietzche haya tomado la idea de Stendhal, que escribió: “La única excusa de Dios es que no existe”. Como dice Albert Camus (v. Obras, T. III, Alianza Editorial, Madrid 1996, p. 90) “no es que Nietzche haya concebido el proyecto de matar a Dios, el ya lo encontró muerto en el alma de su época…en este mundo desembarazado de Dios y de los ídolos morales, el hombre se halla ahora solitario y sin amo”, es decir, libre.
Giorgio Colli (1917-1979), fue un filósofo italiano que trabajó en los archivos de la entonces República Democrática de Alemania y que publicó a partir de 1967 las Obras completas de Nietzche. Una edición en castellano de la Obra completa, así como de su Correspondencia, la publicó la Editorial Tecnos, Madrid.
Una buena base para conocer el pensamiento de Nietzche es la Introducción a Nietzche, Folios Ediciones, México 1983. Hay una edición posterior de Pre-textos, Valencia 2000, que utiliza la traducción de Folios.