25 de abril de 2020: 109º aniversario del fallecimiento de Emilio Salgari
Como adolescente, viví imaginariamente mi vida aventurera con Verne, Defoe, Burroghs y Robin Hood, El prisionero de Zenda de Anthony Hope y muchas otras novelas de aventuras. Pero, sobre todos, Salgari. Después, leí otras cosas. Pero cada tanto tiempo volvía a esas lecturas que me servían para salir de la realidad que vivía. y que me permitían escaparme a otras épocas y a otros mundos. Hoy, en la vejez y después de varios exilios, y sometido a un confinamiento cruel, me gustaría releer esas novelas, pero no las tengo.
Emilio Carlo Giuseppe Maria Salgari, italiano, nació en 1862 y murió en 1911. Escritor prolífico, periodista y marinero frustrado, apenas pudo hacer un solo viaje por mar entre dos ciudades italianas. Siempre vivió en Turín, salvo un tiempo que se trasladó a Génova por razones de trabajo. Escribió mucho y tuvo mucho éxito con sus novelas de aventuras, que se desarrollaban en lugares exóticos como Malasia, el Pacífico sur, las Antillas, la India, África o el oeste estadounidense. Describió con riqueza de lenguaje lugares que nunca conoció, y describió personajes maravillosos, muy de fines del siglo XIX: piratas, aventureros, exploradores y tiranos. Había púdicos romances entre los héroes y bellas doncellas que, generalmente, era las hijas o sobrinas del feroz enemigo. Eran épocas de los imperios coloniales, y los héroes de Salgari luchaban contra el colonialismo y la opresión. Y eran protectores de los humildes, de los desposeídos y de los oprimidos. Todos estos, ingredientes que fascinaban al público lector de entonces, pese a que esos personajes no poseían los superpoderes de los héroes de hoy.
Pese de su éxito en Italia y en el mundo, los editores de Salgari lo recompensaban con sumas miserables, lo que causó que su vida fuera una sucesión de penurias y estrecheces. Escribía mucho porque tenía deudas, tenía éxito, y por eso tenía que escribir más. Algunas de sus novelas se publicaban con tiradas de 100,000 ejemplares y más, cantidad que sería la envidia de cualquier autor engañosamente promocionado por las multinacionales de la edición de actual.
Publicó 84 novelas y muchísimos cuentos. Solamente de la serie de Sandokan, el Tigre de la Malasia, fueron 11 novelas.No hace mucho tiempo, una historiadora española, llamada Alicia Castellanos Escudier, sospechó que Salgari podría haberse inspirado para crear al Tigre de la Malasia, en un aventurero gaditano, llamado Carlos Cuarteroni Fernández, que vivió 50 años antes de la publicación del libro de Salgari. Cuarteroni fue marino, aventurero, explorador, buscador de perlas, estuvo preso y terminó como misionero. Está enterrado en la catedral de Cádiz. De la serie del Corsario Negro, el señor de Ventimiglia, fueron 5 novelas. Pero ninguna de todas las que escribió le produjo un beneficio económico significativo. Se casó muy joven con el amor de su vida, con la que tuvo 4 hijos, aunque los 2 varones se suicidaron años después que el padre. Su mujer, Ida, perdió sus facultades mentales, fue encerrada en un manicomio y murió allí. Salgari no pudo soportar todo esto, y (como también lo hizo su padre) se suicidó. En una de las cartas que dejó, escrita a sus editores, les reprochó: «a vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel… os saludo rompiendo mi pluma». Murió novelescamente, como correspondía a un romántico. Se hizo el sappuru, el harakiri japonés. Tenía 49 años y dejó una herencia de 150 liras.
SE PUEDEN LEER LIBROS DE SALGARI EN INTERNET, EN CASTELLANO: http://rohpress.com/